El estrés puede definirse como una respuesta fisiológica y psicológica ante situaciones que percibimos como amenazadoras o desafiantes. El entorno (que está en constante cambio) nos exige continuas adaptaciones. Es por esto que cierta cantidad de estrés es necesaria para que el organismo responda apropiadamente ante los cambios y retos del día a día. No obstante, aunque en principio la respuesta de estrés es necesaria y adaptativa, cuando ésta es muy intensa o se dilata en el tiempo, puede generar graves consecuencias para nuestra salud y para nuestro rendimiento profesional (o académico). También parece evidente que puede afectarnos en nuestras relaciones personales o de pareja.
Los síntomas del estrés pueden manifestarse de diversas maneras y con distinta intensidad, a nivel físico, psicológico y conductual, y pueden afectar de modo distinto a cada persona.
Cuando se afirma que un individuo sufre de estrés significa que éste es excesivo, y es necesario que tome medidas por a resolver esa situación y evitar consecuencias más serias.
Reconocer el estrés es el primer paso para manejarlo.