ALCOHOLISMO

   Dionisio, dios liberador, del frenesí, de la danza y de la embriaguez. Inventor del vino, que proporciona alegría y delicias a los mortales disipando las penas (mitología griega).

  La historia de las bebidas alcohólicas va ligada a la propia historia del ser humano. El consumo de alcohol ha formado parte de nuestra cultura y sociedad durante siglos. Probablemente ningún comportamiento humano ha ocasionado tantas controversias, mitos, prejuicios, malentendidos e incomprensiones como el consumo de alcohol.

    El alcohol es la sustancia psicoactiva que acarrea mayor número de problemas personales, sociales y sanitarios en España. Ocupamos uno de los primeros lugares del mundo en el consumo de alcohol. En Europa el alcohol es responsable de un gran número de muertes al año, siendo el tercer factor de riesgo de mortalidad, después del tabaco y de la hipertensión arterial. Además, está intrínsecamente asociado a otros problemas como accidentes de tráfico, suicidios, muertes por cirrosis hepática, cáncer, etc., siendo por ello responsable de buena parte de la mortalidad entre la población.

  Actualmente hay excepciones en el nuevo patrón del beber, esto es,  se bebe en concentraciones o “botellón”, que puede acelerar la aparición de la dependencia del alcohol en personas jóvenes. También se sabe que los alcohólicos pueden comenzar a serlo a una edad avanzada sin haber tenido previamente problemas de abuso o dependencia del alcohol.

  Una exposición crónica al alcohol produce dependencia física. Cuando alguien ha estado bebiendo durante un largo periodo de tiempo y luego deja de hacerlo de repente, el síndrome de abstinencia pude ser grave e incluso mortal. Los trastornos de abstinencia se alivian instantáneamente con el alcohol, las benzodiacepinas o los barbitúricos. De igual manera, el síndrome de abstinencia causado por la exposición crónica a las benzodiacepinas o a los barbitúricos se alivia con el alcohol.

  En cuanto al ámbito laboral, el consumo abusivo de alcohol acarrea accidentes, absentismo, menor rendimiento, problemática en el trabajo, cargas sociales, inadaptación, mortalidad y suicidio.

  Es importante destacar que la familia del alcohólico en muchas ocasiones sufre directamente las graves consecuencias del alcoholismo a través de relaciones conflictivas con la pareja y de su agresividad en las relaciones familiares. No hay que olvidar las duras repercusiones que pueden  caer en los hijos.

  Sirva como ejemplo que una tercera parte de la violencia contra la pareja se produce cuando el agresor ha bebido (Guardia, 2011).

Resumiendo, se puede decir que las consecuencias del alcoholismo son físicas (accidentes, coma, cánceres, enfermedades cardiovasculares, cirrosis, etc.), psíquicas (depresión, epilepsia, amnesias, síndrome de Korsakoff, demencia, suicidio, etc.) y sociales (despidos, soledad, rechazos, violencia, separaciones, malos tratos, etc.)

  He comenzado este texto haciendo una alusión al alcohol desde la perspectiva del pensamiento en la antigua Grecia. Como vemos, ya por entonces se ensalzaban sus síntomas, se elogiaban sus efectos, en este caso a través del dios Dionisio. Dios que, paradójicamente, fue asesinado por los embriagados Titanes (según la mitología griega). Quizá no sea descabellado extraer de esta leyenda, a modo de parábola, una cierta analogía entre lo acontecido a este dios y la triste realidad que hoy en día provoca esta sustancia.

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Psicólogo Lorca
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